Los dos años siguientes fueron una travesía desgarradora, pero a pesar de todo, Bernardo, conocido cariñosamente como "Bardo" por sus amigos noruegos, se mantuvo firme y decidido a aprovechar al máximo cada momento. Su coraje y positivismo eran extraordinarios, y su espíritu inquebrantable conmovió la vida de todos los que lo rodeaban.

El amor de Bardo por la vida nunca decayó, ni siquiera ante las circunstancias más difíciles. Nos enseñó a todos sobre el verdadero significado de la amistad, el coraje y cómo vivir cada día al máximo. En sus últimos meses, la visión de Bardo fue fundar The Bardo Foundation, una organización benéfica fundada y administrada por su familia para encontrar una cura para el osteosarcoma.

Lamentablemente, solo el 4 % de los fondos destinados a la investigación del cáncer se destinan a los cánceres infantiles y el protocolo para tratar el osteosarcoma no ha mejorado en más de 40 años. Es una tragedia que debe cambiar. El recuerdo de Bardo sigue vivo a través de la fundación que él quería crear y es nuestro deber asegurarnos de que su legado perdure.